Campeonato de España Ligth-Contact 2011 |
El caso es que el otro día un amigo me dijo que llevaba unos chicos al torneo en cuestión: Pasáte y recordamos viejos tiempos mientras nos tomamos unas cañas. Dicho y hecho. Allí me plante tantos años después.
Lo primero que me sorprendio, fue el hecho de que nada había cambiado, todo seguía igual. A pesar de los pesares, siempre esperas cambios, aunque no te gusten.
Bueno, algo sí había cambiado. El ambiente era menos competitivo, no se, en estos sitios siempre se puede oler la testosterona mezclada con reflex y sudor. Al comienzo de los torneos siempre se puede cortar la tensión con un cuchillo, no nos engañemos esto es un deporte de combate. Sin embargo allí faltaba algo, no se, repito que estaba desconcertado, allí faltaba sangre. Me refiero a los ojos del tigre, no se veían miradas desafiantes, ni fieras. Quietud. ¿Esto es un campeonato de España?
Y aquí fue donde todo comenzo a ir de mal en peor. ¿He dicho que era light contact? Sí, pues olvidarlo, quitarle el contact y os quedará el light.
Desde aquel primer torneo en el que participe y este a llovido. Desde que cambie la acción por la gestión, muchas son las cosas que han cambiado. Nunca esperas que algo se deteriore tanto, en un deporte. Esperas más. Esperas crecimiento, evolución. En un deporte de combate esperas espectaculo.
Nada mas lejos de la realidad, allí no había nada de eso. Mientras la federación española de karate, modifica normas de combate para hacer un deporte mas vistoso y competitivo, potenciando el espectaculo. La de kickboxing se convierte en la antesala de un geriatrico. Un lugar al que ningún guerrero que se precie iria. Por eso allí, no había miradas desafiantes, allí no había guerreros, había niños acatando normas de competición, quizás incomprensibles para ellos.
Me costo encontrar alguien que quisiese contarme que había pasado. Muchas caras cabreadas: "joder, estos arbitros son lo peor! he traido a mi hijo a pelear y le han robado la pelea por intentarlo..."
Rostros decepcionados, los más, y algún personaje perdido preguntando: ¿aquí cuando empiezan las peleas?
Juan Madrid